lunes, 28 de marzo de 2011

El vuelo del insecto robótico

Un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell ha conseguido crear un ornitóptero robótico que pesa 3.89 gramos y es capaz de mantener su vuelo durante 85 segundos. Este pequeño insecto está hecho de un delgado film de poliéster, sobre un marco de fibra de carbono y fue construido utilizando una impresora 3D, lo que acortó el tiempo de experimentación por varios meses.

Aunque la robótica ha avanzado mucho en los últimos años, recrear la naturaleza animal de los insectos voladores. Pero no es imposible para los ingenieros de Cornell. Un equipo de esta Universidad decidió utilizar una impresora 3D para crear las delicadas alas del ornitóptero robótico.

La creación de un ornitóptero robótico necesita alas similares a las de un pájaro mosca; delicadas, livianas, delgadas y que puedan soportar el aleteo a gran velocidad. Gran parte del proyecto consistió en estudiar a diferentes animales y determinar de qué estarían hechas estas alas. Pero lo que nunca dudaron fue la forma de crearlas. La fase de experimentación se prolongó menos de lo esperado ya que la creación de los prototipos se hacía en cuestión de minutos.

Tras analizar los datos, decidieron hacer las alas de un delgado film de poliéster, sobre un marco de fibra de carbono. El resultado es un pequeño insecto robótico de 3.89 gramos, capaz de volar durante 85 segundos. Se trata de un insecto bastante inteligente, ya que si comienza a volar boca abajo puede recuperar su posición correcta sin estrellarse contra el techo. Y lo mismo ocurre pasados los 85 segundos. En vez de caer en picado, desciende delicadamente hasta la superficie como se puede ver en el vídeo.

4000 jovenes finalizan su mision de entrenamiento de astronautas

Tras ocho semanas de ejercicio y actividades en el aula, 4000 jóvenes de más de 25 ciudades están a punto de concluir su 'Misión X: Entrénate como un Astronauta', una iniciativa internacional para promover el ejercicio físico y una nutrición equilibrada.

Dar volteretas espaciales o subir una montaña marciana son algunas de las actividades -inspiradas en el entrenamiento de los astronautas- realizadas por alumnos y profesores de Alemania, Austria, Bélgica, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, República Checa y el Reino Unido.

El objetivo es mostrar a los jóvenes de 8 a 12 años porqué es importante estar en forma, tanto si eres un niño como si eres un astronauta, en la Tierra o en el espacio.

El esfuerzo y el entusiasmo de los equipos que toman parte en la competición queda reflejado en los cientos de fotografías, vídeos y diarios que los profesores han ido publicando en la página web del proyecto trainlikeanastronaut.org.

Este desafío se ha convertido en un auténtico intercambio internacional de experiencias, como se puede ver a través de los diarios publicados desde todos los rincones del planeta.

Todas las actividades de la 'Misión X: Entrénate como un Astronauta' se pueden descargar gratuitamente en seis idiomas.

¿Venimos todos de Marte?

En febrero de 2009, y bajo este mismo título, ABC publicaba un artículo sobre esta inquietante posibilidad. Entonces, H. Jay Melosh, profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona y una de las máximas autoridades mundiales en el estudio de impactos de meteoritos contra la Tierra, defendía la hipótesis de que la vida podría haberse originado antes en Marte que en nuestro propio mundo, para viajar después hasta aquí a bordo de meteoritos. Ahora, investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Harvard, están terminando de desarrollar un instrumento capaz de zanjar la cuestión.

La idea, aunque puede parecer descabellada, tiene en realidad una lógica aplastante. Para muchos biólogos y geólogos actuales, en efecto, no cabe duda de que en Marte hay, o por lo menos hubo alguna vez, vida. Casi cuarenta misiones no tripuladas han sido enviadas hasta ahora al Planeta rojo, una buena parte de ellas con la misión específica de encontrar agua (cuya presencia allí ha sido repetidamente confirmada) y rastros de algún tipo de vida orgánica, ya sea presente o pasada.

Y es que la historia de Marte es muy similar a la de nuestro propio mundo. Sabemos que, igual que en la Tierra, allí hubo mares y océanos que, sin embargo, se perdieron por carecer el planeta de una atmósfera capaz de retener y reciclar el agua evaporada por el Sol. Al ir evaporándose el agua de los mares, simplemente se fue perdiendo en el espacio.

Sin embargo, resulta más que plausible pensar que, mientras esos mares existieron, llegaron a albergar alguna forma de vida orgánica. Un proceso, además, que pudo tener lugar incluso antes que en la propia Tierra, según se desprende del análisis de los datos enviados por las naves actualmente en órbita marciana y por los vehículos robotizados Spirit y Opportunity, que han pasado largos años "paseando" y analizando su polvorienta y árida superficie.

Resultados esperanzadores contra el cáncer de páncreas

No todo son malas noticias para un cáncer del que sólo se suele hablar en tono trágico. Investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) han descubierto una nueva estrategia para atacar uno de los tumores más agresivos, el cáncer de páncreas.

En la revista «Science» muestran cómo una combinación de quimioterapia y un fármaco reduce este tumor, en concreto el adenocarcinoma ductal pancreático, una de las formas más agresivas de este tumor digestivo. Lo hace activando el sistema inmune para destruir la envoltura del tumor.

Los logros de esta terapia se han visto en un pequeño grupo de pacientes con cáncer avanzado y sin posibilidades de tratamiento quirúrgico. La terapia detuvo la progresión de la enfermedad y «encogió» sustancialmente el tamaño de los tumores. Todos los pacientes respondieron al tratamiento, aunque recayeron.

Rastros de los Norteamericanos mas antiguos

¿Quiénes fueron los primeros pobladores de América? Durante décadas, a la vista de los restos arqueológicos que se han ido encontrando, los especialistas han considerado que debieron ser los clovis, pueblos cazadores de hace unos 13.000 años. Llegarían a ese continente desde el extremo nororiental de Asia hasta Alaska, cruzando por la lengua de tierra en lo que ahora es el estrecho de Bering, y se extendieron hacia el sur del nuevo territorio. Hacían artefactos con características particulares que los identifican.


Pero ahora se han descubierto en Texas (EE.UU.) miles de piezas, incluidas herramientas para cortar y rascar, de algún grupo humano anterior a los clovis. Esas piezas tienen unos 15.000 años y demuestran que alguien había llegado antes a América. El hallazgo se da a conocer en la revista Science.

Los artefactos del yacimiento tejano, denominado Debra L Friedkin, están hechas de pedernal y son pequeñas, lo que sugiere a los investigadores que serían herramientas ligeras preparadas para llevárselas de un lado a otro cómodamente, una especie de equipo de campaña. El yacimiento está cerca de un arroyo que tiene agua todo el año y de un lugar donde hay abundante pedernal, por lo que sería un buen sitio elegido por algún grupo de humanos prehistóricos para fabricarse las herramientas que necesitasen.